Recuerdo cuando lo vi. Ya nos habíamos visto muchas veces, pero solo era un hola distante nada mas o la vez en que nos encontramos en una agencia de transporte el había ido a recoger a su enamorada y yo a mi padre. Era tan gracioso el con ganas de hablar y yo con ganas de enterrarlo vivo, porque eran las siete de la mañana y yo, clásico en mí, había ido a bailar, y de la disco a la agencia (así que imaginen mi rostro)
Siempre hemos dicho que fue la casualidad y el destino el que nos encontró, debido a que años mas tarde (después de la agencia de buses) nos encontramos nada menos que en un micro. Para colmo estábamos ambos solos (y hablo de todos los aspectos posibles). Yo tenia menos de un mes en Lima y pues solo conocía una ruta de micros y ese día decidí subirme a otra (solo para experimentar) una cuadra mas adelante subió el.
Me reconoció de inmediato, no hablamos nada la verdad, solo el clásico “como estas”,”que haces por aquí”, y el intercambio de teléfonos.
Paso aproximadamente 15 días cuando llamo y me invito a salir. Bueno algo en mi interior tenia miedo (mas adelante sabré que fue esa sensación), como que algo dentro de mi me decía que no vaya. Le comente a mi hermana, pensando que pondría peros, pero para mi sorpresa fue la que mas me alentó.
Salimos con un amigo suyo, se porto encantador, aunque yo en momentos quería que me tragara la tierra, debido a que ambos hablaban sobre su trabajo anterior y de personas que nunca había escuchado. Imagínense yo vestida de noche de disco un sábado por la noche, hablando de fulanita, zutanito y otras cosas que la verdad no recuerdo, me puse a pensar “que hago aquí?” ya iba a decir que tenia cólicos menstruales para poder irme sin que puedan oponerse (la clásica de nosotras, nadie puede contra eso) hasta que me dijeron que propusiera un lugar, y automáticamente fue “ir a bailar”. Todo cambio, nos divertimos mucho esa noche. Me alegre de haber salido y de no haber hecho caso a ese presentimiento tan extraño que tenia antes de salir.
Bueno luego de eso vinieron algunas llamadas, pero aun no entendía si es que nos fue tan bien aun tenia un no se que en la panza que me alertaba. Estoy asustada decía yo, será mi corazón quizás.
Yo hasta ese momento no había pensado en absolutamente nada con el. Es mas ni siquiera me atraía físicamente. Increíblemente mi hna mayor, empezó un día “ese chico se nota que es bueno, es trabajador, es independiente, esto y el otro” de repente ya hasta lo estaba viendo con otros ojos. Ya era mas guapo, era trabajador (bueno eso siempre lo ha sido).
Luego vinieron las llamadas más continuas, los mensajes en el correo del trabajo se intensificaban cada vez más. Siempre tenia un “buenos días” en mi buzón. Y así pasaron meses de llamadas, mensajes y salidas. Hasta que llego el “quieres ser mi enamorada”. Para cuando llego la bendita pregunta ya estaba enamorada de el. Pero fiel a mi orgullo de mujer (esa parte de no ser tan fácil y esas notas que nos enseñan cuando tenemos 14 años), dije “no se, creo que es muy pronto, no nos conocemos bien” (quería subírmele encima y comérmelo a besos, pero jamás haría eso). Sin haber terminado el tema nos fuimos a bailar y pues tragos van y tragos vienen, ya estaba lista para dar “el si”. En una palabra fue genial. Yo estaba feliz y el también, lo se.
Yo no hable de mi pasado con él (no es algo que hago con los enamorados o prospectos a eso) recalco esto para que entiendan lo que viene mas adelante.
Bueno ya teníamos 4 mes de estar juntos y ya no sabía que pretextos poner para librarme de ir a su casa. La verdad que estaba bastante asustada, bueno era la primera vez que iba a ir a su casa (cabe decir que vivía solo). La verdad que se porto muy dulce conmigo. Música romántica, luz tenue, y no dejaba de mirarme a los ojos ni de cantarme (por Dios estaba totalmente enamorada). Esa noche fue genial. Todo ese tiempo para mi era: bueno, amable, cariñoso, caballero y atento.
Nada ni nadie me podía quitar la cara cojuda del siguiente día.
Pero fue precisamente ese día en que todo cambió. No nos pudimos ver esa noche, por mi trabajo. Pero aun mi sonrisa podía durar fácil una semana (para que tengan idea de lo genial que fue). Nos encontramos en su casa y nos echamos en su cama, a conversar claro esta. Y yo estaba a punto de escuchar lo que marcaria para siempre nuestra relación: “bueno ahora ya sabemos que ninguno de los dos somos vírgenes, así que ahora dime con quien o quienes te has acostado”. La verdad que eso me hizo borrar la sonrisa de cojuda que tenía desde hace dos días, para poner la de perpleja.
No conteste, no pensaba contestar, por lo menos no de esa manera. Empezó a chantajearme emocionalmente “no confías en mí” “yo te cuento todo” “que ocultas”. Y empecé a hablar de mis relaciones anteriores (que la verdad son 2 o tres pero largas), y déjenme decirle que me puse la Cruz yo misma.
Todo cambio, ese chico amable, cariñoso, caballero y dulce, se había transformado en un ser mandón, machista, inseguro, necio y CELOSO. Y yo en la servicial Laura (de la familia Ingalls, esa chica que le pasa de todo pero que sigue hay creyendo que todo iba a cambiar algún día). Ese fue mi error, pensar que era pasajero.
El, empezó a echarme en cara cosas sobre mi pasado y yo no entendía porque. Si ni siquiera lo conocía en ese momento. Cada vez que yo me retiraba un momento de su mirada (o sea iba al baño o a comprar) aprovechaba para escudriñar en mi cartera y celular (en busca de pistas y signos de infidelidad). Ya no hablaba con amigos, las amigas limitadas “por que algunas son malas influencias”.
Claro siempre me decía que me amaba demasiado y yo se lo creía. Y aun le creo.
El no irme desde aquella noche y soportar que mi dignidad sea pisoteada es algo que me ha marcado la vida. Cuando finalmente me aleje, no fue precisamente decisión propia. Fueron las circunstancias.
No comprendo como alguien te puede juzgar y criticar sin ni siquiera haberlo conocido en el pasado, todos tenemos errores y aciertos (tal vez algunos tenemos más la primera, como en mi caso) pero aún así cada uno tiene derecho a amar a otra persona y darle el alma si así lo decidiera y poder amar a otra después sin tener que sentirte mal por lo que una vez hiciste o por quien alguna vez amaste, por que al final es tu pasado (bueno o malo), son tus recuerdos. Y es tu vida.
Pienso y creo que los hombres tienen ese concepto retrograda de ser “el primero” y“el único”.
Nosotras queremos ser “únicas” pero en nuestro momento, en nuestro presente, no espero que a la persona que ame hace tres años me siga amando, por que yo ya no lo amo. Quiero que el chico que esté ahora a mi lado me ame y respete tanto como yo a él.
Cuando miro hacia atrás y veo las cosas que di, perdí y permití, me doy cuenta que obtuve muy poco, solo tristeza. Pero ya está hecho, a veces quisiera una ampollita del olvido para que me pueda alivianar un poquito el dolor que sentí. Aunque debo admitir que aprendí de esto, con esa ampollita no podría darme cuenta de ello. En fin es un aprendizaje del día a día. Yo cambié, así que ahora estoy descubriéndome nuevamente, y por eso voy a ir a cobijarme en algún rincón de mi cuarto a pensar únicamente en mí.
Siempre hemos dicho que fue la casualidad y el destino el que nos encontró, debido a que años mas tarde (después de la agencia de buses) nos encontramos nada menos que en un micro. Para colmo estábamos ambos solos (y hablo de todos los aspectos posibles). Yo tenia menos de un mes en Lima y pues solo conocía una ruta de micros y ese día decidí subirme a otra (solo para experimentar) una cuadra mas adelante subió el.
Me reconoció de inmediato, no hablamos nada la verdad, solo el clásico “como estas”,”que haces por aquí”, y el intercambio de teléfonos.
Paso aproximadamente 15 días cuando llamo y me invito a salir. Bueno algo en mi interior tenia miedo (mas adelante sabré que fue esa sensación), como que algo dentro de mi me decía que no vaya. Le comente a mi hermana, pensando que pondría peros, pero para mi sorpresa fue la que mas me alentó.
Salimos con un amigo suyo, se porto encantador, aunque yo en momentos quería que me tragara la tierra, debido a que ambos hablaban sobre su trabajo anterior y de personas que nunca había escuchado. Imagínense yo vestida de noche de disco un sábado por la noche, hablando de fulanita, zutanito y otras cosas que la verdad no recuerdo, me puse a pensar “que hago aquí?” ya iba a decir que tenia cólicos menstruales para poder irme sin que puedan oponerse (la clásica de nosotras, nadie puede contra eso) hasta que me dijeron que propusiera un lugar, y automáticamente fue “ir a bailar”. Todo cambio, nos divertimos mucho esa noche. Me alegre de haber salido y de no haber hecho caso a ese presentimiento tan extraño que tenia antes de salir.
Bueno luego de eso vinieron algunas llamadas, pero aun no entendía si es que nos fue tan bien aun tenia un no se que en la panza que me alertaba. Estoy asustada decía yo, será mi corazón quizás.
Yo hasta ese momento no había pensado en absolutamente nada con el. Es mas ni siquiera me atraía físicamente. Increíblemente mi hna mayor, empezó un día “ese chico se nota que es bueno, es trabajador, es independiente, esto y el otro” de repente ya hasta lo estaba viendo con otros ojos. Ya era mas guapo, era trabajador (bueno eso siempre lo ha sido).
Luego vinieron las llamadas más continuas, los mensajes en el correo del trabajo se intensificaban cada vez más. Siempre tenia un “buenos días” en mi buzón. Y así pasaron meses de llamadas, mensajes y salidas. Hasta que llego el “quieres ser mi enamorada”. Para cuando llego la bendita pregunta ya estaba enamorada de el. Pero fiel a mi orgullo de mujer (esa parte de no ser tan fácil y esas notas que nos enseñan cuando tenemos 14 años), dije “no se, creo que es muy pronto, no nos conocemos bien” (quería subírmele encima y comérmelo a besos, pero jamás haría eso). Sin haber terminado el tema nos fuimos a bailar y pues tragos van y tragos vienen, ya estaba lista para dar “el si”. En una palabra fue genial. Yo estaba feliz y el también, lo se.
Yo no hable de mi pasado con él (no es algo que hago con los enamorados o prospectos a eso) recalco esto para que entiendan lo que viene mas adelante.
Bueno ya teníamos 4 mes de estar juntos y ya no sabía que pretextos poner para librarme de ir a su casa. La verdad que estaba bastante asustada, bueno era la primera vez que iba a ir a su casa (cabe decir que vivía solo). La verdad que se porto muy dulce conmigo. Música romántica, luz tenue, y no dejaba de mirarme a los ojos ni de cantarme (por Dios estaba totalmente enamorada). Esa noche fue genial. Todo ese tiempo para mi era: bueno, amable, cariñoso, caballero y atento.
Nada ni nadie me podía quitar la cara cojuda del siguiente día.
Pero fue precisamente ese día en que todo cambió. No nos pudimos ver esa noche, por mi trabajo. Pero aun mi sonrisa podía durar fácil una semana (para que tengan idea de lo genial que fue). Nos encontramos en su casa y nos echamos en su cama, a conversar claro esta. Y yo estaba a punto de escuchar lo que marcaria para siempre nuestra relación: “bueno ahora ya sabemos que ninguno de los dos somos vírgenes, así que ahora dime con quien o quienes te has acostado”. La verdad que eso me hizo borrar la sonrisa de cojuda que tenía desde hace dos días, para poner la de perpleja.
No conteste, no pensaba contestar, por lo menos no de esa manera. Empezó a chantajearme emocionalmente “no confías en mí” “yo te cuento todo” “que ocultas”. Y empecé a hablar de mis relaciones anteriores (que la verdad son 2 o tres pero largas), y déjenme decirle que me puse la Cruz yo misma.
Todo cambio, ese chico amable, cariñoso, caballero y dulce, se había transformado en un ser mandón, machista, inseguro, necio y CELOSO. Y yo en la servicial Laura (de la familia Ingalls, esa chica que le pasa de todo pero que sigue hay creyendo que todo iba a cambiar algún día). Ese fue mi error, pensar que era pasajero.
El, empezó a echarme en cara cosas sobre mi pasado y yo no entendía porque. Si ni siquiera lo conocía en ese momento. Cada vez que yo me retiraba un momento de su mirada (o sea iba al baño o a comprar) aprovechaba para escudriñar en mi cartera y celular (en busca de pistas y signos de infidelidad). Ya no hablaba con amigos, las amigas limitadas “por que algunas son malas influencias”.
Claro siempre me decía que me amaba demasiado y yo se lo creía. Y aun le creo.
El no irme desde aquella noche y soportar que mi dignidad sea pisoteada es algo que me ha marcado la vida. Cuando finalmente me aleje, no fue precisamente decisión propia. Fueron las circunstancias.
No comprendo como alguien te puede juzgar y criticar sin ni siquiera haberlo conocido en el pasado, todos tenemos errores y aciertos (tal vez algunos tenemos más la primera, como en mi caso) pero aún así cada uno tiene derecho a amar a otra persona y darle el alma si así lo decidiera y poder amar a otra después sin tener que sentirte mal por lo que una vez hiciste o por quien alguna vez amaste, por que al final es tu pasado (bueno o malo), son tus recuerdos. Y es tu vida.
Pienso y creo que los hombres tienen ese concepto retrograda de ser “el primero” y“el único”.
Nosotras queremos ser “únicas” pero en nuestro momento, en nuestro presente, no espero que a la persona que ame hace tres años me siga amando, por que yo ya no lo amo. Quiero que el chico que esté ahora a mi lado me ame y respete tanto como yo a él.
Cuando miro hacia atrás y veo las cosas que di, perdí y permití, me doy cuenta que obtuve muy poco, solo tristeza. Pero ya está hecho, a veces quisiera una ampollita del olvido para que me pueda alivianar un poquito el dolor que sentí. Aunque debo admitir que aprendí de esto, con esa ampollita no podría darme cuenta de ello. En fin es un aprendizaje del día a día. Yo cambié, así que ahora estoy descubriéndome nuevamente, y por eso voy a ir a cobijarme en algún rincón de mi cuarto a pensar únicamente en mí.