“A veces cuando estoy sola lo extraño
Lo cual es extraño, pues cuando converso con alguien de el, solo tengo momentos malos
De gritos y malos tratos. Recuerdo cuando me decía porque te vistes así, o estas muy gorda para usar un top (no se daba cuenta q comía mas cada vez que me decía eso).
Por que usas minifalda, quien quieres que te vea.
No podía ni reírme con mis amigos pues ya decía que pasaba algo más.
Poco a poco mis amigos se fueron yendo y lamentablemente yo me iba a aferrando cada vez mas.
En mi interior no aceptaba los términos de la relación, pero no tenia la fuerza para irme.
Que pena que no me retire a tiempo. Pensé que eran celos y que ya se le pasaría, que era únicamente por que me amaba.
Hasta que una noche, se aloco. Empezó a gritarme después de haber visto unas fotos que yo tenia en mi cuarto, donde yo estaba con mis amigos abrazados… empezó a romperlas.
Me empezó a empujar hasta que caí al piso. Empezó a golpearme y yo a decirle que se fuera de mi casa, cuando de pronto sentí que no podía respirar, me estaba asfixiando, lo golpee con mi rodilla, pero no podía gritar, caí nuevamente al piso tratando de respirar, tosía desesperadamente.
Me di cuenta que estaba en un gran peligro [recordé al asesino de la maleta, al del martillo, a la Llamoja y su mama, y a todos esos locos que aparecen todos los días en los noticieros]…le suplique que por favor no me lastimara, al que solo 20 minutos antes estaba diciendo que amaba y el me dijo justo ese día que compartiéramos para siempre nuestras vidas.
Al final se fue diciendo una y mil cosas. Y que no quería volver a verme vociferaba.
Al final estaba allí con el corazón destrozado, con la dignidad y el orgullo en el piso tal y como yo me encontraba en ese momento.
Me puse un abrigo (como pude) y Salí en busca de mis preciados cigarrillos, a sentarme en el parque más cercano a llorar, estaba sola. De repente suena mi celular, era el… por la insistencia conteste y me dijo que se había olvidado su mochila en mi casa, que se la devolviera. Solo colgué… Cuando volví a casa estaba en la puerta… yo estaba como que en otra galaxia, jamás me he sentido ni he vuelto a sentirme así… Tan vacía, tan sola, tan sin mí.
De repente me abraza y empieza a decirme que porque tenia esas fotos en mi cuarto si se que el es celoso, que por que lo provoco de esa forma. Estaba con una crema para moretones (“para q nadie se de cuenta” me dijo)Yo estaba en otro mundo tratando de decirle a mi corazón que recogeré sus restos de donde se encuentren, diciéndole a mi mente que me perdone por no haber reaccionado antes y tratando de no pensar en el dolor físico que sentía.
Me abrazó y solo se quedo allí… yo solo llore en silencio. Cuando me vi al espejo estaba moreteada, y con signos de dedos en mi cuello volví a llorar y lloré todas las veces que me vi al espejo. Al que no volví a ver fue a él.”
Todo esto me lo contó una amiga muy cercana (quede aterrada y triste al escucharla), sus lagrimas aun brotan de su interior, ya paso un año y no aun le duele. Como me duele a mí por no haber estado con ella.
Y me hizo pensar es en lo mal que llevamos nuestras relaciones, por que siempre tratamos de justificar a la otra persona, que si es de un modo o del otro, es por que tal vez tuvo un trauma en el pasado, alguien lo lastimo a tal punto que no confía en nadie más. Y creemos que se le pasara. Eso es mentira, cada uno es responsable de sus actitudes, cada uno debe saber curar y sanar las cosas que le sucedieron sin tener que pasárselas a nadie más. No podemos permitir que su pasado vuelva a atormentarnos. Ni tampoco podemos cambiar nuestra forma de sentir o ser por lo que en algún momento nos pueda suceder.
Yo he salido herida muchas veces, pero no voy por el mundo odiando a todo aquel que tenga pantalones.
Solo quiero decir que cuando alguien diga algo que te hiere o lastima hay que decirlo, no quedarse callados, para justificaciones esta hecho el infierno, ese lugar que ninguno quisiera ir, por lo menos no por el momento.
Pobre niña, es cierto que en el mundo encontramos a muchas personas que no valen la pena. Pero hay que recordar que nosotros mismos solo los forjadores de nuestro destino.
ResponderEliminarSaludos