Ayer me preguntaron por ti
Empecé a temblar como si por un momento mi corazón dejara de palpitar y
entrara a un colapso total, escuchando cada sonido de mi cuerpo y de
repente mi corazón se agita y acelera su latido. Fue como una descarga
eléctrica el solo escuchar su nombre.
No sabia que responder, realmente no se adonde el viento a llevado sus
hermosos cabellos negros, no se que estarán mirando ahora sus lindos
ojos color café y a quien engreirá con su calida sonrisa.
Es mas, quería que mi interlocutor hable rápidamente y me comente algo
de la mujer que mas he amado. Recordé en un segundo su olor, y como se
le erizaba la piel al roce de mi piel. Pensé en volverla a tocar, el
sentir tu sudor junto al mío y encontrarnos nuevamente entrelazados como
un par de fieras.
En ese momento mi esposa se acerco a mi, me distrajo de mis
pensamientos y con una sonrisa fugaz me trajo nuevamente a mi presente,
fingí la voz para no parecer nervioso y dije “no se absolutamente
nada, espero que este bien y que no se este metiendo en problemas”, en
ese momento como hubiese deseado tener indicios de su paradero ir a su
encuentro decirle que la amo y que nunca podré olvidarla y enlazarnos
nuevamente hasta llenarnos de sudor, ver sus ojos llenos de placer en
contacto con los míos.
Mi amigo con tono irónico y cachoso dijo “es que…mm… no te ha
invitado? Se casa dentro de una semana”, en ese momento se me abrió
el piso caí en lo más hondo y olvidé todo en ese momento.
Olvide que estaba casado, que tenia una hija… solo lo olvide y corrí,
corrí tan fuerte como un loco a fin de encontrarla, por la calle que
importaba debe estar cerca quizás. El vino exclusivamente a decírmelo
sabiendo como reaccionaria.
Luego una descarga de adrenalina me hizo volver en si.
Había estado por más de 3 horas en ese trance. Cuando volví a casa y vi
el rostro de mi mujer con aquellos ojos tristes y sin su sonrisa
cautivadora, entendí que la amaba más que a mi mismo. No lo había
entendido hasta ese momento que ví la decepción y la tristeza que le
había causado. Me odie, me odie por ello como puedo lastimar a
alguien tan frágil y que me ama tanto.
En ese momento la levante por la cintura, acaricie sus piernas
carnosas, subí mis manos por sus caderas y me metí bajo su falda. Bese
muchas veces la cicatriz de la cesárea, en ese momento ame aquella
cicatriz que antes me había parecido horrible y odiosa, por allí le dio
vida a nuestra pequeña hija. Le pedí perdón y dije que la amaba, ella me
siguió amando y yo la ame de verdad.
Esta locazo!!!!!!!!
ResponderEliminarEs tuyo? O se te olvidó citar la fuente? Porque Dios, está lindísimo!
ResponderEliminarGracias Patri!!! pero solo pongo lo q yo escribo!!! Un besito!!
ResponderEliminar:D
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